miércoles, 20 de febrero de 2008

No country for old men

No country for old men: mientras visionamos No country for old men estamos asistiendo a un espectáculo visual extraordinario, pues la obra de los ya consagrados en el celuloide cinematográfico, hermanos Coen, se empapa de toda la potencia visual y narrativa expuesta en las cintas anteriores de dichos realizadores.

Hablar de No country for old men es hablar de la violencia pura y dura mostrada en su perturbadora ópera prima Sangre fácil y en su magistral obra maestra Fargo, es hablar de una combinación y equilibrio perfecto entre narrativa clásica y la violencia más absoluta, es hablar de una increíble implicación del equipo realizador y de los actores, es hablar de una deslumbrante dirección de arte y escenografía. En definitiva, es hablar de una obra compleja, sórdida y excelentemente dirigida, que está llamada a ser -sin duda- una de las películas americanas del año, de la década y por descontado de la filmografía de los Coen.

Los hermanos Coen nos conducen hasta lo más hondo del oeste americano moderno, a un terreno que dominan a la perfección, el del thriller violento, sangriento y sin concesiones. No country for old men narra la situación a la que tiene que hacer frente Llewelyn Moss (Josh Brolin) cuando encuentra una camioneta rodeada por varios hombres muertos y un maletín con 2 millones de dólares. A partir de aquí comienza una persecución entre el perro y el gato, entre Brolin y Javier Bardem (Anton Chigurgh), entre el bien y... ¿el mal? con un desilusionado sheriff (Tommy Lee Jones) en medio de la acción y a la caza de ambos hombres. Se narra una historia ambientada en los años 80 americanos, donde se reflexiona sobre como se transforma la visión del mundo a medida que envejeces y todo cambia a tu alrededor, sin previa explicación mientras tu estado se mantiene inalterable. Este estado es visto a través de la nostalgia por un mundo cambiante que representa un sheriff en el ocaso de su carrera, al que da vida un contenido y a la vez perfecto Tommy Lee Jones.

Los Coen retratan con pulso firme la naturaleza más turbia de la existencia humana, dotando de una energía magistral el relato y buscando entablar mucho más que una implicación con el espectador. Los realizadores recogen la radiografía de este desierto, el viento constante, un paisaje repleto de carreteras polvorientas, pero repleto de una extraña belleza. El paisaje desierto y tejano se convierte en la piedra angular del film, donde la narración pasa a ser eminentemente visual y por momentos casi ausente de diálogo, siendo la sucesión de unas bellísimas imágenes las encargadas de dotar de texto a la obra. Este simplista lenguaje fílmico, se hace efectivo en la labor de los intérpretes, donde unos rostros son capaces de sustituir a líneas y líneas de diálogo.

Si algo hay que resaltar en No country for old men, es sin duda la interpretación de un sobrenatural Javier Bardem. Bardem nos firma una actuación antológica como villano de la cinta y perseguidor de Brolin. Poco hay que decir de su interpretación que no esté dicha ya. Transmite el mal más absoluto, un ser perverso que vive en paz gracias a un entorno de violencia y amoralidad, una ser humano sombrío, implacable y misterioso. Por lo que respecta a Josh Brolin, una más que correcta actuación como presa del insaciable Chigurgh, un hombre bueno y trabajador, y a la vez el típico hombre macho y viril cazador de antílopes en el desierto.

Si hay que echarle algo en cara a No country for old men, es sin duda y en primer lugar el desafortunadísimo peinado que luce Bardem a lo largo de la cinta y en segundo lugar la pésima traducción a nuestro idioma. Como traducción está perfecta, es decir, es de las pocas veces que se traducen con coherencia del idioma madre del film, pero creo que en este caso debería haberse respetado el título original en inglés. Por último, comentar que se podía haber estirado y trabajado un poco más el final de la obra, pues da la sensación de que el relato no está cerrado del todo, y que los Coen podían indagar mucho más allá de donde se quedan.

Sea como fuere, No country for old men se convierte en un estandarte en la filmografía de los hermanos Coen gracias a su brillante y potente poderío visual, la inquietante atmósfera del universo tejano, el fatalismo que abunda en el personaje del sheriff y el trabajo espectacular de Bardem. Bravo Coen brothers! Puntuación: 9 sobre 10.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi no me ha llegado a convercer. En todo momento tuve la sensación que la película no acaba de arrancar.

Un saludo.

Jaime M. dijo...

Pues a mi me gustó mucho mucho. Aunque la verdad me la esperaba un poco mejor, debido a todas las buenas críticas que había leído de ella. Pero como siempre en estos casos, las expectativas son mayores que la realidad.

Aún así, me pareció toda una maravilla, de fotografía, de puesta en escena, de pulso narrativo y de interpretaciones.

Reconozco también que le quitas a Bardem y se queda en una película normalita; pero es que está incomensurable.

Para mi, un gran trabajo de los Coen; nunca será Fargo, pero es una gran gran cinta.

S2 y gracias por comentar ;)